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Hoy, cada día y siempre #NosHacenFalta. Invitación al foro de familiares y estudiantes «La UNAM ante la Guerra»

La guerra que se libra desde el Estado contra el pueblo mexicano ha tocado todos los rincones y comunidades de este país. La comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México no es la excepción.

Con el objetivo de visibilizar a nuestros compañeros y compañeras desaparecidos o asesinados en esta terrible guerra, pero también de exigir justicia y continuar organizándonos, queremos invitarlos al foro “Nos hacen falta. La UNAM ante la guerra”, en el que participarán familiares de Israel Moreno, Estudiante de Geografía y familiares de Alejandrina Ramírez, Estudiante de Psicología, ambos víctimas de desaparición.

Día: viernes 28 de agosto

Lugar: Sala Fernando Benítez de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales – UNAM

Hora: 11 a 13 hrs.

Convoca: Nos Hacen Falta. Colectivo de estudiantes y profesores de la UNAM. foro-imagen (2) ISRA ALE

Posicionamiento de ReverdeSer Colectivo ante las noticias recientes sobre “distribución de drogas” en la FCPyS-UNAM

El 10 de mayo de 2015 la revista Proceso publicó la nota “Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas” en la cual destaca el aumento en la venta de sustancias ilegales dentro de las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Universidad, UNAM) durante el último año y medio, así como la relación con el aumento en la inseguridad que han percibido estudiantes y la planta docente.

Esta situación sin duda representa un reto para la Universidad, sin embargo, no es un reto que enfrenta de manera aislada. A nivel nacional estamos viviendo una situación de violencia generalizada a partir de la declaración de guerra contra el narco que el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa realizó en diciembre de 2006. Desde entonces, el gobierno federal ha implementado una estrategia militarizada que destaca como uno de sus objetivos la desarticulación de los grupos dedicados al narcotráfico. Esto ha resultado en la exacerbación de ciclos de violencias, la multiplicación del número de organizaciones criminales y la extensión de la presencia de éstas en el país.[1]

La PGR asegura que a finales de 2014 operaban 9 cárteles, distribuidos en 23 estados de la República, y 45 células delictivas que, además del tráfico de drogas, han extendido sus actividades a otros delitos como la extorsión, el secuestro, el cobro de cuotas de piso y el robo de hidrocarburos.[2] Es absurdo pensar que las instalaciones de Ciudad Universitaria quedan exentas de las complejas problemáticas sociales que vive nuestro país y es más absurdo aún tratar el tema como si fuera un problema aislado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.

La estrategia de combate al narcotráfico que se ha implementado a nivel nacional ha resultado en violaciones graves de derechos humanos: más de 70,000 personas asesinadas[3], más de 25,000 personas desaparecidas[4] y al menos 280,000 personas desplazadas por la violencia[5]. Es claro que resulta necesario buscar otro camino.

ReverdeSer Colectivo considera que la posible resolución de esta situación pasa necesariamente por un cambio de políticas públicas a nivel nacional que incluya la implementación de un modelo de regulación de drogas que permita la separación de este mercado de otros mercados violentos, así como la instalación de puntos regulados de venta de mariguana en el Distrito Federal que desvíen el mercado de las instalaciones universitarias.

La UNAM ya se ha pronunciado sobre este tema. En abril de 2012 la Universidad organizó el Foro Internacional sobre Políticas de Regulación del Consumo de Drogas[6], en donde afirmó la necesidad de crear nuevas estrategias de seguridad y de replantearse la política prohibitiva de drogas que se impone a nivel nacional. En la clausura del Foro Internacional sobre Políticas de Regulación del Consumo de Drogas, el Rector afirmó que “pensar que la solución sólo pasa por la policía y la prisión, es francamente insensato”.[7]

Este es un momento clave para que la UNAM vuelva a participar del debate que se está dando a nivel nacional e internacional entorno a la política de drogas, dejando atrás la búsqueda de “soluciones inmediatas”, que resultan siempre insuficientes y con graves efectos secundarios, e impulsando una aproximación integral, no punitiva, al tema de las drogas. Un paso contundente en este sentido sería la publicación de las conclusiones del Foro antes mencionado, tarea que queda pendiente desde hace tres años.

La UNAM tiene la oportunidad de alejarse del discurso del enemigo y de sustituir las prácticas punitivas y policiales por acciones encaminadas a la reconstrucción del tejido social, partiendo del reconocimiento de que la venta de sustancias ilícitas es resultado de una serie de complejas dinámicas sociales que no pueden resolverse con la expulsión de un grupo de personas de un espacio. También tiene la oportunidad de dejar de ser una institución más que criminaliza a las personas usuarias de sustancias por realizar prácticas no violentas, reconociendo que muchas de estas personas son miembros de la comunidad universitaria.

Es importante que esta situación no nos orille a la implementación de medidas que, además de tener limitadas posibilidades de generar efectos positivos, no coinciden con el espíritu de la Universidad, como es el caso de la instalación de cámaras y torniquetes y la credencialización.

De ninguna manera cerrar espacios estudiantiles, imponer soluciones unilaterales, expulsar estudiantes o criminalizar a las personas usuarias de plantas y sustancias actualmente ilícitas fomentará una resolución del conflicto. Al contrario, profundizará más este síntoma e impedirá que la comunidad universitaria trabaje en conjunto para satisfacer las necesidades de cambio que se presentan y reapropiarse de la seguridad colectivamente.

De la misma manera, en nada abonan las afirmaciones alarmistas que indican que “la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM se ha convertido en el principal punto de venta de drogas en el sur de la Ciudad de México”[8] y que sostienen que estas conductas no deseadas son llevadas a cabo casi exclusivamente por habitantes de Santo Domingo, dado que resultan carentes de información rigurosa que las sustente y fomentan la criminalización y estigmatización.

Aprovechemos este momento para dar un debate serio sobre la seguridad y la política de drogas en Ciudad Universitaria y a nivel nacional.

[1] Guerrero, Eduardo. “Los hoyos negros de la estrategia contra el narco” http://www.nexos.com.mx/?p=13844

[2] Redacción Aristegui Noticias «Hay 9 cárteles del narco en México; controlan 43 pandillas: PGR» http://aristeguinoticias.com/1609/mexico/hay-9-carteles-del-narco-en-mexico-controlan-43-pandillas-pgr/

[3] Report of the Special Rapporteur on torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or punishment, Juan E. Méndez, Mission to Mexico. June 12th, 2014.

[4] Registro Nacional de Personas Desaparecidas

[5] Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos. “Violaciones Graves a Derechos Humanos en la Guerra contra las Drogas en México”, 2015.

[6] Boletín UNAM-DGCS-244 “Organiza la UNAM el Foro Internacional sobre Políticas de Regulación del Consumo de Drogas” http://enes.unam.mx/?lang=es_MX&cat=sociedad&pl=insensato-pensar-que-la-solucion-al-problema-de-las-drogas-solo-pasa-por-la-policia-y-la-prision

[7] Boletín UNAM-DGCS-270 «Insensato, pensar que la solución al problema de las drogas sólo pasa por la policía y la prisión» www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2012_270.html

[8] Dávila, Patricia. «Ciencias Políticas de CU, centro de distribución de drogas» www.proceso.com.mx/?p=403721

Una cura milagrosa en el lado equivocado de la ley

Por Juncia Avilés

Con un panel internacional dio inicio el seminario Cannabis medicinal en México, organizado para fomentar el debate sobre el uso de la marihuana en el sector médico canadiense y norteamericano, así como su posible implementación en nuestro país. Esta línea, que ya ha sido presentada tanto en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) como en el Senado de la República, impulsó a estudiantes de la UNAM a realizar el evento, que recibió apoyo de congresistas locales y federales, así como de la Canadian Drug Policy Coalition (CDPC) y diversas ONG: el Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas (CuPHHD), la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), Espolea, México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) y Reverdeser Colectivo.
Una de las organizadoras, Amaya Ordorika, comentó a la Gaceta Políticas que se buscó realizar el seminario en la Facultad por el convencimiento de que el tema no sólo debe discutirse entre doctores y desde un punto de vista médico, sino también poniendo atención en las políticas públicas y en la escena social en donde éstas se desarrollarán.
Al inaugurar la sesión, Vidal Llerenas, diputado de la ALDF, señaló que es momento de “revisar riesgos y tomar decisiones de políticas públicas a nivel legislativo, espacio en el que se ha dado poca discusión sobre los beneficios del uso de la marihuana en diversos tipos de terapias médicas”. La intención, explicó, es iniciar un debate que pueda sostenerse con base en evidencia empírica obtenida investigadores destacados internacionalmente sobre los beneficios de los distintos tratamientos con cannabis.
Esto fue complementado por Donald McPherson, director de la CDCP, quien fungió como moderador de la mesa y subrayó que el coloquio es “una verdadera oportunidad para compartir información sobre prácticas, programas e investigaciones emergentes en Canadá y EU. Si bien el cuidado puede ser realmente diferente con respecto a dichos países, trabajar con ONG permite pensar en la creación a futuro de un esfuerzo de mayor alcance, global”.
Para Alan Shackleford, de la Universidad de Colorado, EU, los tratamientos con cannabis medicinal “tienen el potencial de cambiar al mundo”. Ejemplo de ello es el caso de una de sus pacientes, una niña llamada Charlotte, quien sufre el síndrome de Dravet. Éste le provocaba, al momento de iniciar la terapia, un promedio de 300 ataques epilépticos a la semana, es decir, cuatro por hora, uno cada 15 minutos. La infante no podía caminar, comer, dormir, había tenido dos infartos. El doctor propuso el tratamiento con cannabis cuando nada más parecía funcionar, y tomando como consideración que ésta droga es antinflamatoria, antioxidante, estabilizadora y reduce el dolor. Actualmente la paciente tiene un ataque epiléptico al mes. En la misma proporción se encuentran otros 10 casos pediátricos, en donde reporta una  significativa reducción de convulsiones del 85%.
Shackleford procedió a explicar que de las tres variables conocidas de cannabis, que son similares pese a que producen 400 diferentes compuestos, se tienen registros de uso desde hace 5,000 años en diversas culturas ancestrales, entre ellas China, Egipto e India. En ellos se indica que la marihuana se empleó para tratar la malaria, dispepsia, insomnio, dolor, disentería y gonorrea. Pero además su uso en el ámbito médico no quedó relegado al mundo antiguo: en el siglo XIX el británico William Brooke O’Shaughnessy comenzó a utilizar la cannabis indica en su práctica médica. Desde ese momento y hasta 1924, más de 200 compuestos de la marihuana fueron utilizados de forma común en prácticas occidentales: “los médicos la prescribían de forma común para muchos más tratamientos de los que se usan hoy en día”.
El contexto, apuntó Shackleford, es fundamental para entender que no fue sino hasta la campaña moralista de los años 30 en EU que no se prohibió su venta, de la misma manera que el alcohol y otros inhibidores. La diferencia está en que, mientras las bebidas alcohólicas estuvieron prohibidas durante una década, la marihuana se mantuvo ilegal hasta nuestros días. Esto detuvo un importante proceso de estudio sobre los efectos medicinales de la droga, en el que “todos nos hemos visto afectados, ya que no se trata de una planta mágica recién descubierta, sino un conocimiento de 5,000 años, prohibido sin razón y por motivos morales”.
Para reincorporarla a la medicina tradicional, subrayó, se ha tenido que demostrar que su uso no provoca la muerte de células cerebrales, ni causa esterilidad, defectos de nacimiento o esquizofrenia. No obstante, y aunque la marihuana se utiliza ahora para tratar –parte o todos los síntomas de– enfermedades como el Alzheimer, demencia, esclerosis múltiple y lateral, hepatitis, VIH/SIDA, cáncer y epilepsia, su uso aceptado se concentra en el tratamiento de dolor agudo o crónico, que afecta al 60% de los norteamericanos y al menos al 25% de la población mundial. En contraste con las más de 38,000 muertes provocadas por el uso y abuso de drogas contra el dolor en 2010, añadió, no hay ninguna muerte demostrada por abuso de cannabis “y por eso se considera la sustancia terapéutica más segura para tratar el dolor. México debe y tiene que aprovechar este conocimiento para establecer una política pública de salud que beneficie a sus 120 millones de habitantes”.

En esa línea, Mark Ware, de la Universidad de McGill, señaló que la actual utilización de la marihuana en la medicina ha sido un proceso en gran medida fomentado por los pacientes que la necesitan. En su opinión, el problema para la investigación de sus propiedades medicinales está claramente vinculado a su estatus legal, así como a los estigmas que conlleva el problema lateral de la drogadicción: “al ser una sustancia que ha sido estigmatizada por su uso recreacional y su etiqueta como droga ilegal, toda la información que tenemos ha tenido que ser obtenida a su vez, en cierto sentido, de forma ilegal”.
Aunque el potencial de abuso es considerado bajo y puede atacar varios síntomas a la vez, apuntó, hay muy poca educación en las carreras de medicina referidas a esta droga: “los doctores no saben cómo dosificarla porque no conocen su peso, su duración, su fuerza”. El uso controlado, recordó al público, ha terminado siendo referido como un tratamiento en su mayoría propuesto por los propios pacientes para mitigar el dolor.
Procedió entonces a enlistar los beneficios y problemas del actual uso de cannabinoides en Canadá para el tratamiento del dolor y la náusea en distintas enfermedades. Por una parte, señaló, hay que considerar que no es una droga de fácil acceso, entre otras cosas por su alto costo, su nula estandarización de calidad, estigma, y general tendencia a elegir como opción terapéutica cuando ya no hay otras opciones. La estandarización resulta complicada, también, porque no existen guías de utilización ni reglas respecto a la duración de los tratamientos, la forma de administración o el tamaño de las dosis: todo varía con cada paciente.

El modelo de prescripción que se ha establecido en Canadá, describió, ha buscado normalizar el uso generando una documentación médica legal, un directorio de productores a los que se les requiere una licencia, y el envío directo a los pacientes de la medicina: “es posible establecer un sistema médico responsable para el uso medicinal de la marihuana, pero requiere introducirlo en la educación básica de medicina, solucionar problemas de investigación que incluyan monitoreo y pruebas médicas industriales, y evitar formas “alternativas” de obtención del activo; sobre todo, se tienen que establecer estándares altos de control de calidad y políticas basadas en los conocimientos científicos, no en los estigmas”. De ahí la importancia de la colaboración internacional en educación e investigación.
Lynda Balneaves, de la Universidad de Toronto, Canadá, cerró la sesión compartiendo sus observaciones como directora del departamento oncológico de dicha academia. Su estudio, que emplea entrevistas a pacientes para comprender el universo de uso, problemas de acceso y barreras sistémicas, busca generar conciencia en la academia sobre los beneficios del tratamiento con marihuana. Agregó que éstos claramente superan los riesgos, por lo que es urgente generar una política en favor del tratamiento y que elimine el estigma: “mientras se siga poniendo a la medicina en el lado equivocado de la ley, se seguirá requiriendo tratar el tema como un asunto de derechos humanos”, concluyó.

FUENTE: http://gacetapoliticas.blogspot.mx/2014/09/una-cura-milagrosa-en-el-lado.html

Seminario sobre Cannabis Medicinal

El Seminario sobre Cannabis Medicinal es un esfuerzo bi-nacional que busca contribuir a la apertura de nuevos espacios donde se puedan verter insumos, basados en evidencia científica, sobre las propiedades medicinales del cannabis para influir en la transformación de las leyes y políticas en materia de los usos medicinales de esta planta.

El Seminario busca aportar elementos para la discusión tanto en el ámbito académico, como para la toma de decisiones a nivel nacional. Es por esto que se llevará a cabo un día en las instalaciones de la UNAM y el otro en las del Senado de la República.

El Seminario es organizado por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), México Unido Contra la Delincuencua (MUCD), Espolea, ReverdeSer Colectivo y el Colectivo por una Política Integral hacia las Drogas (CuPIHD), junto con el Senado de la República, a través de la oficina del Senador Mario Delgado, y la organización Canadiense Coalición de Política de Drogas Canadiense (Canadian Drug Policy Coalition – CDPC).

Aquí pueden encontrar el programa de cada día:

Día 1: 22 de septiembre de 2014 (Auditorio Flores Magón, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales)

10:00-10.30 Bienvenida Donald Macpherson (Canadá) y el Diputado Vidal Llerenas

10:30-12:10 Panel 1: La experiencia internacional
– La experiencia de Colorado: ¿De dónde venimos y a dónde vamos? por el Dr. Alan Shackleford (Colorado, EUA)
– Investigación en Canadá: ¿Qué estamos aprendiendo? por el Dr. Mark Ware (Canadá)
– La experiencia del paciente y el acceso al cannabis medicinal por Lynda Balneaves (Canadá)

12.10-12.25 Descanso

12:25: 13:40 Panel 2: Cannabis medicinal en México
– Cannabis sativa: sus peculiaridades y futuro como medicamento por el Dr. Rodriguez Carranza
*Falta nombre ponencia Dr. Gady Zabicky
Efectos del consumo de marihuana sobre la salud por la Dra. Deni Alvarez-Icaza
*Falta nombre ponencia Dr. Ricardo Tapia

Día 2: 23 de septiembre de 2014 (Auditorio Octavio Paz, Senado de la República)

10:00-10.30 Bienvenida Donald Macpherson (Canadá) y el Senador Mario Delgado

10:30-12:10 Panel 1: La experiencia internacional
– La experiencia de Colorado: ¿De dónde venimos y a dónde vamos? por el Dr. Alan Shackleford (Colorado, EUA)
– Investigación en Canadá: ¿Qué estamos aprendiendo? por el Dr. Mark Ware (Canadá)
– La experiencia del paciente y el acceso al cannabis medicinal por Lynda Balneaves (Canadá)

12.10-12.25 Descanso

12:25: 13:40 Panel 2: Cannabis medicinal en México
– Cannabis sativa: sus peculiaridades y futuro como medicamento por el Dr. Rodriguez Carranza
Dr. Gady Zabicky
-Efectos del consumo de marihuana sobre la salud por la Dra. Deni Alvarez-Icaza